Cómo afecta la dieta a las enfermedades mentales

Cómo afecta la dieta a las enfermedades mentales

Hoy se celebra el Día mundial de la salud mental que bajo el lema “Soy como tú, aunque no lo sepas” trata de concienciar a la población sobre los efectos que tiene la alimentación en las enfermedades mentales.

Nuestro estilo de vida actual hace que nuestra mente se vea afectada por multitud de estímulos en nuestro día a día: el trabajo, la familia, problemas de salud o económicos, etc. Y todo ello tiene un reflejo en nuestro estilo de vida dejando aflorar mucho estrés, hábitos sedentarios y mala alimentación. Por eso desde NCL Nutrición queremos sumarnos al Día Mundial de la Salud Mental para ayudar a concienciar de la importancia de la nutrición en las enfermedades mentales.

Con la escasa ingesta de frutas y pescado fresco, la gran cantidad de productos procesados que consumimos o el tipo de alimentación que se utiliza para el ganado, se ha comprobado que ha contribuido a una aumento en la proliferación de enfermedades mentales en los últimos años. Y es que debido a una mayor ingesta de alimentos preparados, se consume más cantidad de grasas saturadas que conllevan un peor funcionamiento de los procesos cerebrales. Como se ha demostrado en varios estudios donde las enfermedades mentales mayores (esquizofrenia, depresión y enfermedad de Alzheimer) demuestran que hay deficiencias nutricionales a nivel celular.

La nutrición por tanto es una parte fundamental en la prevención de alteraciones que puedan derivar en enfermedades mentales, y desde NCL Nutrición analizamos los nutrientes que más puedes beneficiar la prevención de estas enfermedades:

Los ácidos grasos omega-3: se encuentran en los pescados y mariscos, como el salmón, el arenque, las sardinas y la caballa. También pueden encontrarse en las semillas de chia, el aceite de semillas de lino y las almendras.

El triptófano: es un aminoácido (una parte constitutiva de las proteínas) que el cuerpo necesita para poder producir una sustancia química que se llama serotonina. Este compuesto puede encontrarse en las carnes rojas, los productos lácteos, la soja y el pavo.

El magnesio: es un nutriente que ayuda al cuerpo a producir energía. También ayuda a que los músculos, las arterias y el corazón funcionen en forma adecuada. El magnesio puede encontrarse en alimentos como las verduras de hojas verdes, las nueces y los aguacates.

El ácido fólico y la vitamina B-12: son vitaminas del grupo B que desempeñan un papel importante en el metabolismo (el ritmo de los procesos del cuerpo) y en la producción de células sanguíneas. También están relacionados con unas sustancias químicas que se llaman dopamina y noradrenalina. El ácido fólico se encuentra en alimentos como las verduras de hojas y las frutas. La vitamina B-12 se encuentra principalmente en el pescado, los mariscos, la carne y los productos lácteos.

No podemos olvidar que todo lo que comemos termina sintetizado en el estómago y pasa directamente al torrente sanguíneo, y esa sangre es la que “da de comer” a nuestro cerebro, por lo que tenemos que ser plenamente conscientes de que nuestra alimentación es una forma de cuidar nuestra salud mental.

Naiara Carretero
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