El turrón es uno de los dulces navideños por excelencia, formado por una masa con la mezcla de almendras, miel y azúcar. Tiene una composición rica en grasas y azúcares, con un elevado valor calórico.
Esta tarta es una opción creativa, diferente y muy apropiada para estas fechas Navideñas.
¡Anímate a prepararla! Te va a sorprender su sabor, las texturas y además te van a pedir volver a hacerla, una y otra vez en estos días.
INGREDIENTES
TIEMPO DE PREPARACIÓN
RACIONES
DIFICULTAD
Hidratar las hojas de gelatina en agua fría.
Triturar las galletas para hacer la base de la tarta. Puedes usar una picadora, si no tienes puedes usar un mortero o meterlas en una bolsa y machacarlas con un rodillo.
Derretimos la mantequilla en el microondas, hasta que esté totalmente líquida.
Pon las galletas en un bol, añade la mantequilla y mezcla bien con una cuchara. Tiene que quedar con una textura parecida a la arena mojada.
Vuelca la masa anterior en el fondo de un molde redondo desmontable y extiende con la mano hasta que lo hayas cubierto por completo, aplastando para que quede una base lisa y compacta. Resérvala en el frigorífico.
Pon el turrón cortado en dados y la leche en una cazuela a fuego medio-alto, vas removiendo con unas varillas hasta que el turrón se haya disuelto completamente.
Cuando el turrón esté totalmente integrado con la leche, incorpora la nata y una cucharada de azúcar y remueve hasta que el azúcar se haya disuelto. Aparta del fuego cuando esté caliente, pero sin llegar a hervir. Escurre las hojas de gelatina, las agregas a la mezcla y vuelves a remover hasta que se hayan disuelto completamente.
Vuelca la mezcla en el molde. Vierte el contenido despacio sobre una cuchara sopera para evitar estropear la base. Deja que enfríe a temperatura ambiente unos 20 minutos. Tapa con film y la refrigeras en el frigorífico mínimo 6 horas, aunque recomendable que esté 24 horas.
Transcurrido el tiempo, saca la tarta de la nevera y pasa un cuchillo por el borde para despegarla y poder desmoldarla sin problemas.
Para decorarla echa una capa generosa de cacao en polvo con la ayuda de un colador de malla fina . Abre el molde despacito para que se vaya soltando poco a poco y lo retiras con cuidado.
