28 Abr La importancia del desayuno en la dieta
Un desayuno equilibrado contribuye a un reparto más acorde de las calorías a lo largo del día y proporciona una ración garantizada de varios nutrientes esenciales.
El desayuno, en la actualidad es una de las comidas que se le da menos importancia de la que se merece por la falta de tiempo y porque se la ha llegado a considerar como una comida de la que se puede prescindir.
Es necesario corregir este mal hábito, ya que el desayuno responde a la necesidad de reponer la energía consumida durante el sueño, además, ayuda a controlar el peso ya que hace que no vayas a la siguiente comidan con tanta sensación de hambre.
¿Qué ocurre si no desayunamos?
Algunas de las consecuencias de saltarse el desayuno son: cansancio, debilidad, falta de concentración y mal humor, debido al déficit de glucosa (principal combustible energético) que produce el ayuno. Hay que recordar que a primera hora de la mañana el organismo lleva ya entre 8 y 10 horas sin recibir ningún alimento. La falta de glucosa empuja a nuestro cuerpo a quemar otras reservas energéticas, lo que causa múltiples alteraciones en el normal funcionamiento orgánico.
Por todo ello, se puede considerar que el desayuno es un hábito alimentario que llega a condicionar el estado físico, psíquico y nutricional.
¿Cómo es un desayuno equilibrado?
El desayuno debe suponer entre el 20 y el 25% de las calorías ingeridas a lo largo del día. Para que sea equilibrado, deben estar representados como mínimo los siguientes grupos de alimentos: lácteos (leche, yogur, cuajada, requesón…), frutas y cereales (pan, tostadas, cereales de desayuno, galletas…). Aparte de estos, también pueden participar otros alimentos, como son los alimentos proteicos bajos en grasas o mermeladas sin azúcar ni fructosa añadida, siempre en cantidades moderadas.
•Cereales. Proporcionan hidratos de carbono que aportan energía, proteínas, vitaminas y minerales. Los cereales integrales aportan, además, fibra.
•Lácteos. Contienen proteínas de calidad, calcio, vitaminas A y D, y vitaminas del grupo B.
•Frutas. Aportan hidratos de carbono, agua, vitaminas, minerales y fibra.
•Alimentos proteicos. Huevo, legumbres, jamón cocido o serrano, fiambres poco grasos (de pollo o pavo), embutidos… Contienen proteínas de calidad con función formadora (de construcción de tejidos y células) y cantidades variables de grasa con función energética.
EJEMPLO DE UN DESAYUNO SALUDABLE
•Taza de leche (150 ml) con café
•Tostada de pan (30 gr) con hummus
•Frutas variadas (200 gr)
Calorías totales 450Kcal (aproximadamente un 25% de una dieta de 2000Kcal)
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